martes, 19 de agosto de 2008

Factor 0 RH positivo

Este asunto es una suerte de “guerrita barata”, de la cual solo se obtendrá el resultado de la relación de estos dos. El problema es que, a pesar de coincidir mas allá de lo normal, está el viejo miedo de andar sufriendo otra vez, sin sacarse a quien sea de la cabeza por un par de meses, salvando la aclaración, de que el problema es la misma solución al problema anterior. Sera entonces que tenemos miedo de que nos llegue el problema más grande y constante de todos, tan grande y tan grave, como lo sea su solución.

Dependiendo de cómo esta, y con quien esta, afectara el hecho de que, quien este del otro lado permanezca o no. Veníamos caminando tan plácidamente, tan crédulos, sentimos un escalofrío, unas cosquillas en la panza y ahí “nos enfermamos”. Es raro tener la suerte de des-enfermarse de esta afección sin cura, con la misma persona con la que alguna vez nos había llegado el momento y además... un tanto complicado, pedimos demasiado; personalmente, yo pido demasiado, y todavía no estaré seguro de encontrar a alguien, que ahora no se si quiero que me enferme o que me cure…, creo en la hipótesis de que aquella persona al leer esto se dará cuenta de que no se enfermaría jamás por mí. Ah que maldito recuerdo la última cura que obtuvimos y que quizás no encontraremos otra vez. Quisiéramos un casting para encontrar al otro par de ojos que sea el diez de nuestro siete cincuenta, y que el asunto no sea besos y estupidez. Dios, nadie busca el insípido que no se llena la boca de miel.

No tendrá gustito una palabra rara para el tipo de “pendeja” que me encuentro, para que andar cambiando, si no creo tampoco en el amor incondicional pero… supongo que no sirve, no sería una relación cincuenta/cincuenta. Sé que no funciona ser realista, no pido tanto entonces, salvando el tema físico, no hay que tener tanto… es…simple la cuestión, para contrarrestar este tema de la incondicionalidad, la confianza es clave, si alguien inventase una máquina del tiempo dentro de muchos años lo sabríamos y a todos nos iría muy bien de paso acomodaríamos todas las faltas de confianza sin sentido alguno para acomodar errores absurdos… se están disolviendo estas mentes en una suerte de mar televisivo, donde está la solución para que esta falta de textura personalista se valla, y no seria que cambien una tele por un libro, sino meternos en un pequeño cosmos de ignorancia. Me enseñarían a decir las cosas de otra manera, como por un telegrama , algo más simple y con menos estilo propio aparentemente más comprensible a los ojos de la persona medio… perdón…persona mediocre.

Me tengo que volver estúpido, simplón e insípido para poder comunicarme con todas las personas entonces, para sentirme enfermo otra vez etcétera etcétera, vivimos en un cajón lleno de mitades de naranja pero ninguna cortada con el tamaño justo para que no se nos caiga el jugo, espero esto no se demore mucho tiempo mas, mientras tanto, seguiré en mi tarea de volverme un imbécil.

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