viernes, 25 de julio de 2008

Buenos dias

-Buenos días – dijo ella. Entre la lluvia que caía desde la mañana

-Buenos días - contesto él. Asintiendo con la cabeza, como si fuese un tic nervioso.

Fue extraño como se comunicaron en un instante… hacía ya tiempo que se conocían, pero era la segunda vez que se encontraban, ya pensativos, con sus mismas ideas; No sabían si coincidían pero entreveraban las contestaciones. Les costaba hablarse al principio, como aquella vez que se encontraron en un bar, y que pedir una sola cerveza no alcanzó. Salvo en el principio, en el que solo se sonreían entre si y pensaban todo lo que soñaban, a través del otro, extendían sus respuestas en un deseo inconfundible de permanecer juntos.

Sin más comunicación que unos escasos diez minutos de internet, era suficiente para dar cuenta de lo relevante de su semana; Para ella, cuando soñaba con él, para él, cuando soñó con ella. Se encontraban lejos en cada punta del pueblo, como una movida del destino para que nunca se cruzaran. Cada día ella trataba de sobrellevar los comentarios suscitados por su “amiga”, aquella que tienen todas las mujeres; él trataba de enterarse de ella, quien le había hecho cambiar de parecer por primera vez aquel parecer un tanto “incorruptible” para su persona; Preguntaba un poco siempre, aquí y allá y trataba de encontrarla.

Jamás logró su cometido, destruido con el corazón en las manos y el cuerpo cansado, todo lo que le dijo, toda su confianza en alguien a quien no podía encontrar y se había ganado la incertidumbre de toda la filosofía que su persona podía crear. ¿Quién sabría?, y acaso ¿Quién le diría que ella no era así? Se encontraba en una suerte de realidad paralela que no le permitiría saber real y netamente la verdad.

Quizás porque no quiso, invadido por ese entusiasmo absurdo que la gente suele llamar amor, toda la ecuación de la existencia que necesitaba resolver estaba escondida en dos palabras: “buenos días”. Como una señal de optimismo dese aquella primera vez que se conocieron para encontrar el cielo de un nuevo color cada minuto, solo bastaba con notar la presencia del otro en el lugar y una enorme alegría los invadía. Quien sabe por que... ella desapareció para él no podía encontrarla, pero no quería pensar eso, no era una posibilidad el hecho de que quizás había alguien más, y el no descartar esa convicción reforzaba su esperanza.

Él escribía en cada momento en que no se acordaba de ella, para ir borrando su recuerdo y no tener que encontrarlo en su cabeza, prefirió un libro, uno de palabras largas que entendieran lo que a él le pasaba por la cabeza y supieran guardar sus ideas.

Después de dos meses, el continuaba suponiendo, solo suponiendo que podría estar pensando ella en el o si ella simplemente no sería capaz de recordarlo. Encontró en la música lento y tenue agotamiento de las fuerzas de su recuerdo, dejando aquella existencia en manos de una carta nunca terminada, preferente de escuchar problemas de los demás para olvidarse de su problema, el único, Ella. Las canciones que le supo escribir, jamás las pudo comprender quien debía escucharlas para darse cuenta que aquel que escribía no quería olvidar pero tenía que hacerlo.

La última vez que se hablaron, era un día lluvioso, con la habitual felicidad que les deba encontrarse, no supieron decir que era lo que había pasado, ni que era lo que habían sentido. Cuanto extrañaban terminarse esas charlas. Ese día llovía desde la mañana, se cruzaron en la esquina del primer bar que los conoció.

-Buenos días - Dijo ella.

-Buenos días – Contesto él.

martes, 22 de julio de 2008

Y conversabamos...

-Pusiste eso en la carta más emotiva que me escribiste, dentro de lo que podemos llamar "emotivo" para vos.-

-Estem, supongo que soy un frio en el lomo nada mas, no se que se necesita acá.-

- Amor, cariño, eso hace falta, ¿tanto te cuesta entenderlo?-

- Supongo que acá adentro - golpea su pecho - no está lo que necesitas, quizás deberías buscar por otro lado.-

- No quiero buscar en otro lado, quiero que vos busques, ahí – señala – ahí dentro tuyo sincerarte, decir cosas… -

- Hace rato que le sacamos la etiqueta a esto como para devolverlo, creo que – cierra los ojos suspira bien hondo – no sé si decirte “ya fue”, cada vez que me dicen esto las cuentas con la gente que me entiende me da números negativos. –

- Si alguien pudiera entenderte, te regalaría un espejo para que te digas las cosas a vos mismo.-

- Solo consigo ebullir mi cabeza pensando en como no hacer las cosas asi, aca…, aca escriben las arterias, no las mentiras, si de esta manera no dejara de mentir, no seria quien soy.-

- Admiro eso y me aguanto otras cosas, puedo entretenerte mas que hacer tu “rock” o escribir, por eso estoy acá, y no soy un cuadernillo color natural con un monton de tinta de adentro tuyo, bien al fondo.-

- De ahí adentro venis vos, por eso te encontré, supongo que eras la silla que me faltaba en la mesa.-

- Quisiera no ser incomprensible, ser simple; masificado, aun mas imbécil que ahora, un monito mediatico, sin problemas, sin tanto dilema en la cabeza.- se detienen unos…quince segundos.-

- Digamos que…-

- ¿Si?-

- Sos el setenta porciento del total que necesito.-

- No te estoy prohibiendo que busques en otro lado- pone una expresión de fracaso un tanto leve, una suerte de cara sin remedio-.-

- Nuestro problema estaría en que las demás personas, si creen en la “exclusividad” de estas cosas, quien sabe…-

- Es verdad, de todas maneras quiero afirmar y dejar en claro que no es algo que a mi me interese, es decir, “libre eres de ser quien quieres”.-

- ¿Tu abuela verdad?-

- Mi abuela, si-

Si fuese tan libre, ¿Por qué estoy aca todavía?- se sienta de costado, toma fernet-.-

- Para explicarlo tendría que empezar por el lado que menos me gusta esconder.-

- ¿Loco?-

- Ajám-

- Ah, igual no creo que me hagas nada, no es tan indispensable que te expreses de esa manera tan cursi como nos gusta, para mi al menos.-

- Por eso estas acá.-

- Quisiera creer que es así - levanta las cejas – si es lo que se necesita.-

- Cabe aclarar que no es lo que necesita, al menos desde que estas acá.-

- Supongo que es asi ¿no?...-

lunes, 21 de julio de 2008

HOY

Hay una suerte de clima, como explicarlo... Montañéz casi, el aire se hace agua al respirar, el cuerpo siente la humedad, se aliviana en su peso y parece nadar en las veredas. Que clima para un viernes, las cosas todavia no terminaron de terminar ni empezaron a empezar, no es un miércoles, este dia se disfruta aun más que un domingo; salvando las vacaciones, "santo placer caído del ministerio de educación". La tarde se obscurece y se aclara pero la visión sigue sin ser buena, quizas hay algo o alquien a quien esconder, divinas esculturas fantasticas de algodon firmamental, quien pudiera encontrar su forma o el secreto ciego dentro suyo, que audáz escondite, que excelente locación para un sueño.Creciendo de las cosas calientes, vapores de ilusión, de nuestra escalera al cielo, nuestro receso al paraiso de la imaginacion formada dentro de nuestros mas profundos sueños.
Como siempre suponiendo, creo que el hecho de ver tantas cosas no es bueno para pasar el momento. Siguiente a esto hay una conversación, un tanto extraña, pero a la vez interesante, ¿intereses quizas? quien sabe...

CAFÉ

Fría la tarde, descubro la simplicidad de escribir, por sobre hacer canciones, aquella vieja sensación, el placer de oír sonar algo que fue ficción adentro de, la suerte de galpón que tenemos para las ideas.
Uno tras otro abro los sobrecitos de azúcar; el café amargo disgusta al paladar, no sé si será por el nivel en que me gusta, o simplemente es la química del lugar, el aroma, los murmullos, las demás ideas rebotando por ahí. Quizás arruine el momento, un sobresalto, como un platito que se cae al piso y se destroza en mil pedazos cortando el ambiente a la mitad, estallando con un irreparable sonido, mientras en cámara lenta, con un manotazo absurdo y al azar, la Mosa trata de evitar dicho inconveniente sin poder remediarlo exacerbando así este sonido, a los habitantes del lugar.
Por afuera pasa la gente con miradas extrañas, como disconformes, un rejunte de la plaga de los códigos sociales, ¿Cómo es posible que alguien este escribiendo porque sí?, eso dicen.
Debe estar prohibido saber, relacionar, pensar e inclusive también el respirar, solo que todavía no hay sanciones para ello; ¿Quien sabe? , descubrir la felicidad o los pequeños momentos de alegría, quizás, mirar hacia adentro, al lado de la cocina por así decirlo y dar cuenta de aquello que nos satisface con poco esfuerzo. Suscita esto en nosotros, un suspiro, una sonrisa invisible, nos extrae como una pieza de ajedrez de todo lo habitual, las problemáticas que nos aquejan, todo se olvida mientras que la espuma de ese café no deje de girar esperando al sorbo del afortunado pensador que disfrute la delicia de jugar al filosofo hasta el fin del movimiento.
En el momento que entré, se confirmó, las únicas dos personas que había en el lugar miraron con una mueca de sequedad, como observando a quien entra desnudo a una fiesta. Gran sorpresa que el joven ingresante luego de poner su celular sobre la mesa y colgar la bufanda, pidiera un café, doble y una gaseosa, mientras sacaba al mismo tiempo un cuadernillo y una lapicera para derrochar tinta sin sentido aparente. Sacándole al stock de menciones un lugar en su escrito por tal bienvenida viéndolos continuar su charla de incorruptibles adultos saboreando un aparatoso postre con un té al estilo inglés.
La gente suele entrar a discutir cosas de importancia a estos lugares, ¿qué hare yo solo en este sucucho? La espuma sigue agitándose como si hoy fuera noche de luna llena, solo que ya es el segundo de la tarde, es disgustante cuando esta frio. En ese momento en que ya no surge nada más para hacer que destrozar vilmente los sobrecitos de azúcar, llenos o vacios ¿qué más da?, o simplemente tomar una visión menos destructiva del asunto y extender una mano a los sentidos y tocar el “rededor” del lugar textura tras textura, las yemas de los dedos escuchan y se mueven quizás al compás de la música o solo por inquitas sintiendo… la madera, un vaso, servilletas, mas a la derecha hay una taza tibia, el cuadernillo por el mismo recorrido hay…hay ¿una mano?. No logre reconocer esta piel tan tersa y delicada, la manga de un vestido en estreno sobre la derecha de la mesa, pero… ”La Mosa esta lejos” me dije a mi mismo, entonces, de repente recuerdo. Levanto la cabeza cerrando los ojos con fuerza y amontonando los pómulos, como quien se equivoca, vuelvo a mirar, despacio un ojo a la vez y reacciono.
No entré solo al lugar, ella sonríe y bebe su gaseosa, impaciente, espera a que termine (se ve que le gusta verme escribir) me da un escalofrió y debo terminar, dudo que entienda…, apoya su cabeza en mi hombro buscando perdón por el atrevimiento de detenerme y me pide que continúe, atino a mi conciencia y me remito a terminar rápidamente lo que había comenzado hacia ya una hora, perderé los próximos veinte minutos traduciendo para ella mi caligrafía, al mismo tiempo, trataré de comprender ¿Por qué me detuve?

26/6/08 18:34

TOMAS ALVAREZ

domingo, 20 de julio de 2008

Como todo empieza

Si, como todo empieza alguna vez, he decidido masificar mi tiempo escribiendo o mejor dicho perder mi tiempo escribiendo masificado, no sé espero que algo salga, siempre a alguien habremos de llegar con este tipo de cosas.
Me veo venir que tengo que hacer un trabajo practico de historia y eso me va a gastar, de todas formas es bueno volver a esto de escribir divierte y pierde a uno siempre y cuando no este uno aprendiendo, el hecho de escribir y desparramar ideas no tiene nada que ver con hacer un trabajo practico ya que estotiene un poco mas de gusto, gusto de olvidarse de todo lo demas, ah benditos placeres aqeullas cosas que nos hacen delirar y sentirnos en otro lado.
El deber llama, tengo que terminar ese TP, mañana...algun delirio ribotrylesco.
suerte