Se espera que hasta el mas humilde de los miembros del partido
sea competente, laborioso e incluso inteligente
-siempre dentro de limites reducidos, claro está-.
Pero siempre es preciso que sea un fanático ignorante y crédulo
en el que prevalezca el miedo,el odio, la adulación
y una continua sensación orgiástica de triunfo.
En otras palabras es necesario que ese hombre posea la mentalidad típica de la guerra.